jueves, 14 de marzo de 2013

Torturas e imputación de inocentes




Toda la información transcrita la he encontrado en este enlace: www.crimendealcasser.wordpress.com

Carrascosa y el “Sargento Chapuzas” || Torturas e imputación de inocentes
Cuando leí en Junio del 2009 que a Fernando García le pedían 18 años de cárcel y una indemnización de 300.000 € por injurias no podía creérmelo. Los “injuriados” eran entre otros, Antonio Carrascosa, ex jefe de la UCO y el sargento Joaquín García Sánchez, alias “Quino”, agentes de la guardia civil que habían participado en la instrucción del caso Alcàsser en la que se habían perdido 27 pruebas y contaminado in situ otras decenas, amén de otras irregularidades.
Carrascosa es conocido en medios policiales como “el fontanero” y el sargento “el que le lleva el maletín” porque siempre aparecen en casos en los que hay que encubrir a los verdaderos culpables y buscar cabezas de turco. Parece que han visto esta película (El crimen de Cuenca) y que sienten una especial predilección por escoger a los que van a pagar los platos siempre en racimos de dos.
El fontanero y el que le lleva el maletín son el más vivo ejemplo de sicarios de
las cloacas del Estado, personas que entran en el cuerpo para coaccionar a testigos, torturarlos y buscar falsos culpables por ser incapaces de resolver casos y que no los pongan contra las cuerdas porque eso les impediría trepar en la escalera jerárquica. Es totalmente inconcebible que a pesar de todas las irregularidades cometidas en los casos en los que han participado y su falta de ética, profesionalidad y método, hayan escalado tan alto. Carrascosa llegó a general y García, a subteniente en la reserva. No solo llamaron la atención de forma desagradable en el caso Alcàsser, sino antes, en las diligencias del caso Magaz (artículo de arriba), y de forma aún más grotesca, en el caso del secuestro de la farmacéutica de Olot.
En todos estos tres casos se “torció” la línea de investigación que llevaba a los culpables a través de coacciones, haciendo desaparecer pruebas o a base de convertir en testigos a sicarios de medio pelo, soplones y confidentes de dudosa reputación y dotarlos de falsos testimonios, para sustituir a los verdaderos culpables. Y en estos tres casos se encontraban ellos dos.

El superagente Chapuzas, y Antoni Guirado, el verdadero alma mater del secuestro de María Angels, el policía que el chapuzas encubrió por 10 años
Como dice el periodista Diego Garanda en este excelente artículo lleno de valentía, “sus chapuzas les han valido el ascenso”. Al año siguiente de escribirlo, Garanda abandonó el periodismo.
En el caso Magaz, el “Superagente Chapuzas” fue apartado de la investigación el 17 de Enero de 1987 tras haber coaccionado a la amiga de la prostituta asesinada a declarar contra dos falsos culpables que él había buscado. Los inculpados lo acusan de amenazas como “pegarles un tiro” para inculparse en el crimen y llega al extremo grotesco de hacerle pasar a uno de ellos una ronda de reconocimiento “con un cartel con un número 2  en el que ya ponía Pedro”. Igual que en las diligencias llevadas a cabo en el caso Alcàsser con las correspondientes pericias, “el nuevo juez no tuvo en cuenta las actuaciones periciales encontradas en el lugar de los hechos”. Esto se repite en Alcásser y en el caso del secuestro de María Angels Feliú, caso en el que la independencia del juez brilló por su ausencia y estos dos lo hicieron bailar al son que ellos tocaban.
Pero en el caso de la farmacéutica de Olot, no solo comete irregularidades el portamaletas, sino Carrascosa, quien tortura durante los 3 días de retención a uno de los falsos culpables, Joan Casals, un empresario totalmente inocente que regentaba un negocio contigüo al despacho del otro falso imputado que había trabajado de detective, Javier Bassa, quien a su vez había tenido la desgracia de haber compartido profesión y conocer a un trabajador de las cloacas de Carrascosa y del sargento Chapuzas: Francisco Evangelista se había personado en el cuartel de la GC para confesar una extraña proposición de negocio de Casals y Bassa sobre secuestrar a la farmacéutica dos semanas  después que el juez hubiera archivado el caso en Octubre de 1993 por falta de pruebas. A pesar del despliegue mediático que desencadenó el secuestro, tardó más de un año a irlo a declarar a los instructores del caso, como hizo aquel que tardó cinco días en ir a declarar.
Evangelista comenzó entonces una campaña mediática vergonzosa en la que se inventaba detalles sobre la proposición de secuestro de estos dos inocentes apareciendo disfrazado en los platós. Cuando uno de los secuestradores libera a María Angels en una gasolinera a principios de 1994, Evangelista está ilocalizable, ha desaparecido del mapa de la misma guisa que Miguel Nicolás Cortona se esfuma en el caso Alcàsser sin saber qué pinta realmente ahí.
Yo no sé si esto es una casualidad, pero estos sicarios delincuentes al servicio de las cloacas de las fuerzas del orden tienen aparentemente todos la misma cara de hijos de puta y la necesidad de llevar un super mostacho.

No hace falta ser un mago para vislumbrar qué papel juega este tal Evangelista en el caso: Si el juez archiva el caso, se considera no resuelto y la guardia civil tiene que apechugar con las críticas. Tampoco hay ascensos. Conociendo el percal y los métodos del fontanero y su discípulo, incapaces de resolver casos con el intelecto, apenas dos semanas tras el carpetazo al sumario aparece Evangelista con las “buenas nuevas” que se olvidó de contar con un año de retraso mientras la pobre María Angels lleva un año cautiva en un zulo sin luz entre ratas y escorpiones.
¡Albricias, ya hemos encontrado a los “falsos” culpables! El caso está a punto de resolverse y habrá ascenso.
Lo más delirante es que el mismo día del secuestro una vecina de Olot vió al verdadero secuestrador, el policía Antonio Guirado, merodeando por los exteriores de la farmacia y había ido a comunicárselo a las autoridades. El sargento Chapuzas se excusó con que había otros cien sospechosos. Sí, pero los otros 99 no habían estando merodeando la farmacia de María Angels la tarde del secuestro.
Otro detalle delirante sobre Guirado es que le había propuesto a un compañero de la policía participar en un secuestro, y Chapuzas dice que el testimonio lo “descubrieron en un papel metido en un cajón” en 1999, echándole la culpa a la policía de haberlo ocultado. Los dos falsos inculpados, Casals y Bassa, podrían haberse ahorrado el mal trago de haber estado imputados durante casi 10 años (y acabar en un juicio, donde fueron absueltos, que se alargó durante 3 meses) si estos dos delincuentes mafiosos hubieran hecho bien su trabajo, y María Angels podría haber sido liberada el mismo día de su secuestro si hubieran seguido la pista de la vecina.
La policia nacional informó al fiscal Ganzermüller sobre el papel y la propuesta de secuestro de Guirado a un compañero de la policía municipal ya en 1994, pero… (lean ustedes mismos lo que se publicó del fiscal)==> Extracto del blog de Casals, el hombre torturado por Carrascosa:

Publicado en la novela: El Secuestro de Olot
www.elsecuestrodeolot.com

2003 — Enero (Noticias del juicio de Ollot
Su sombra planea en el juicio
La sombra de Carlos Ganzermüller, ex fiscal jefe de Girona, planea constantemente sobre el juicio. El Ganzermüller, ahora elevado al Supremo, ha sido solicitado como testimonio por la defensa de Antoni Guirado, pero el tribunal lo ha desestimado por considerar que estaba contaminado por haber participado en la instrucción. Ganzermüller, que hace unos años quedó retratado cuando, para evitar los fotógrafos, se tapó como hacen los acusados a la salida de un interrogatorio; el garante de los derechos civiles también se indignó con la prensa porque le descubrieron que había solicitado el cierre de una empresa que hacía años que él mismo había cerrado; que dio la orden solidaria que no se persiguieran a los padres africanos que hacían mutilar a sus hijas, y conoció a la familia Feliu antes de ser destinado a Girona. El fiscal Ganzermüller participó en la del famoso caso del Banco de los Pirineos. El Ganzermüller, el gran ausente al juicio, intervino desde el principio en la instrucción del sumario 3/92 y —bendijo— el encarcelamiento por asesinato de Joan Casals y javier bassa y su procesamiento por un delito del artículo 483 del Código Penal antiguo que presuponía la muerte de la víctima. Es decir, contribuyó a matar judicialmente a Maria Àngels Feliu. Cuando la Feliuestaba muerta y Casals y bassa estaban en prisión preventivamente y en vista de que no encontraban el cadáver de la Feliu, ni pruebas concluyentes para poder incriminarlo, el compañero de celda del bassa en la prisión de Figueres, Cristóbal Medina, acusado de matar a su amante en Lloret, recibió por conductos reglamentarios una propuesta que tenía el sello inconfundible de la Fiscalía: beneficios penales si conseguía que el bassa le cantase alguna cosa que le incriminase.
Pero la actuación estelar de Carlos Ganzermüller se puso de manifiesto el miércoles en el juicio. En 1994, dos inspectores de la Policía Nacional le presentaron un informe que apuntaba que los municipales de Olot Toni Guirado y Pep Zambrano habían participado en el secuestro. Ganzermüller los envía a dida (a la mierda) diciendo que los investigadores de la Guardia Civil ya tenían unos secuestradores buenos (Casals y bassa).
Algunos acusados reclaman ahora a su sustituto, José María Casadevall, los beneficios (indultos, penas más bajas…) que dicen les prometió el Carlos Ganzermüller durante la instrucción a cambio de la confesión.
Todavía hace sombra.                                                                                            (Final)
O sea, que la guardia civil tenía ya a “dos culpables” sin prueba ninguna más que la declaración de Evangelista, un confidente de Carrascosa y de Joaquín García al que en el documental lo describen como “auxiliar de detective” y ex-socio de ambos. Prevaricación judicial.
Gracias a esto, el secuestro de María Angels se prolongó 492 días.
¿No resulta a estas alturas demoledor el constatar cómo se tuercen las cosas en todos los casos en los que han estado involucrados el Fontanero y el Chapuzas? Los ascensos solo pueden explicarse con la sospecha de que sus superiores los envían a estos casos solo para enmarañarlos. La policía nacional estaba haciendo bien su trabajo y es bloqueada por la guardia civil y el juez prevaricador….
Si queréis ver el proceso de manipulación de peritajes y el resto del chanchullo, os recomiendo que visionéis el documental de Tele 5 sobre el caso en la serie “El Puzzle Blanco”. En él no veréis al torturador de Casals, el ex-general Antonio Carrascosa, que no ha querido dar la cara. Ni está, ni se le espera. Sí al sargento Chapuzas, que le da durante todo el programa la risa cretina.
Parte 1  Parte 2  Parte 3  Parte 4  Parte 5  Parte 6
Desafortunadamente, el matrimonio de María Angels no aguantó el trauma y se separaron ya antes del juicio, en el 2002. Joan Casals tiene una página de Google+, un blog, e intenta espantar sus demonios con la creación de un libro sobre su mala experiencia con los chapuceros a sueldo del caso Alcàsser y sus peleles de toga a quienes mangonean a su antojo. Querido amigo, te deseamos mucha suerte a tí y a Javier Bassa desde aquí.
Pero esto no es todo, amigos, todavía habrá más en mi próxima entrada del “borregomatrix Alcàsser” que solo se creen borregos comedores de pienso de gentuza como esta.


3 comentarios:

  1. No tienen limites para infringir dolor

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