Algunos jueces son... unos ineptos papanatas

La historia del Secuestro, de Olot, si no fuera tan dramática... sería para partirse el culo de risa.

Resulta que en el mes de mayo de 1993 el abogado y portavoz de la familia Feliu, Joan Capdevila y un hermano de la farmaceutica, se desplazan a Albacete para contactar con un delincuente, evangelista, que les dijo, por teléfono, que tenía información sobre el secuestro. (En aquel momento la familia Feliu ofrecía una recompensa a quien aportara datos fiables para resolver el caso). Pa Albacete fueron y con el delincuente se entrevistaron. Les dijo que Joan Casals, hacía mucho tiempo, le propuso secuestrar (mentira), a una mujer de Olot, sin especificar más detalles. Como es lógico le preguntaron si la mujer, que propuso secuestrar Casals, era farmaceutica. A lo que el delincuente, evangelista, contestó que: no lo sabía. ¿? El abogado le dijo que con estos datos, de mierda, no solucionaban nada, y que se pusiera en contacto con la Guardia Civil. Y con los, ¿investigadores? Contactó. En aquel momento, estaban más perdidos que mi gato Barrabas en el desierto del Sahara. Estas declaraciones, que constan en el sumario 3/92, y desmontan la base de la acusación y demuestran los delitos que cometieron... deteniéndome.
El juez, Santiago Pinsach, ordenó mi detención el 30 de octubre de 1993 y comenzó mi vía crucis, con la cruz a cuestas.
El día 3 de enero de 1994 Santiago Pinsach me procesó por asesinato. Me aplicó el articulo 483 (no revelar el lugar donde estaba la víctima) y me solicitó penas de 20 a 30 años de prisión. El 17 de febrero de 1994 los magistrados: Jorge Campos, Nuria Bassols y Pedro Busquets ratificaron el auto y mataron, ridículamente, a la farmaceutica. El 27 de marzo de 1994, la señora de Olot, fue liberada con vida.
!Viva España! A todos estos magistrados... nunca les ha pasado nada. Nunca han sido amonestados o expedientados. Si señor: viva la dictadura judicial.
El 29 de julio de 2010, el Supremo me denegó el error judicial.
Malditos seáis todos... hijos de...
En mi novela, El Secuestro de Olot, encontraréis información desconocida hasta hoy. Y cuidado con los que mandan porque... el próximo, puede ser usted.
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